jueves, 17 de enero de 2013

Nicaragua: Bestias en el vecindario


  • La ley no lo prohíbe pero los expertos recomiendan que no adopten como mascotas animales silvestres en peligro de extinción

La ley no prohíbe tener como mascotas animales silvestres, sin embargo gran parte de ellos está amenazada de extinción. LA PRENSA/ ARCHIVO

Amalia Morales

¿Qué pasa si un día cualquiera se entera que su vecino saca a pasear a tres cuajipales o bien que adoptó un tigre en vez de un gato o una boa como perro? Probablemente se asuste, sorprenda y llame a alguna organización protectora de animales o bien al zoológico nacional para que se lleven lo más pronto y lejos posible del barrio a la víbora, al felino o al trío de lagartos, no vaya a ser y pase lo mismo que al vecindario de Carretera a Masaya, que ha estado en zozobra por el merodeo de un puma escapado de una casa.

De la suerte del puma de Carretera a Masaya aún no se sabe, pero sí del puma que escapó de otra casa en Estelí el año pasado, y que también asustó a la población. Tras la inyección de un potente somnífero el animal fue trasladado al zoológico de Juigalpa.


No es lo usual, pero pasa: hay gente que tiene mascotas que no son los convencionales perros y gatos. Eduardo Sacasa, veterinario del Zoológico Nacional, a veces recibe llamadas de gente que le avisa que “en tal casa tienen un tigrillo” o que en otra hay un mono cara blanca amarrado, casi degollado.

Ese tipo de llamadas a veces caen también a las oficinas de Enrique Rimbaud, veterinario y presidente de la organización protectora de animales Amarte.

A Rimbaud un día lo llamaron porque habían tres cuajipales en una casa de Las Brisas. Por lo que contaron los vecinos, los de Amarte sospecharon que allí había algún vendedor clandestino de lagartos.

Otra vez llamaron por dos pumas en San Rafael y también por un mono que mordió a alguien en el barrio Los Robles.

Unas cien denuncias de este tipo llegan al año a esta organización.

Sacasa recuerda que una vez se movieron hasta Puerto Cabezas a rescatar dos jaguares que estaban en manos de particulares en una casa. En otra ocasión fueron a río San Juan por un cocodrilo.

Entre los animales silvestres que más adopta la gente como mascotas están los monos y las lapas por su plumaje y las loras que hablan.

En el caso de los felinos, coinciden los expertos, la gente los compra con emoción cuando están pequeños y parecen un gato grande. Pero estos son animales que requieren espacios amplios, jaulas que no midan menos de siete metros de largo, y comen al día tanta carne como podría hacerlo una familia de cinco personas por dos semanas.

NO A LAS MASCOTAS SILVESTRES


Por lo que comen, por el espacio, pero sobre todo porque no son animales domésticos, tanto el experto de Amarte como el del Zoológico recomiendan que no se tengan animales silvestres como mascotas.

Ni felinos. Ni monos, ni loras de plumas multicolores, ni chocoyos, ni lapas.

Sacasa dice que muchos de los animales que la gente compra como mascotas son animales amenazados de extinción.

En la lista del Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestre (Cites), colgada en la página web del Ministerio de Recursos Naturales, Marena, figuran reptiles como el lagarto, tortugas verde, carey, paslama, aves como la lapa roja, verde, la lora nuca amarilla, el águila real, más de 15 variedades de gavilanes, chocoyo zapoyolito. Entre los mamíferos está el mono carablanca, la guardatinaja, pumas, tigres, ocelotes, entre otros.

La lista completa se puede consultar: http://cites.sinia.net.ni/listado_especies/doc/Fauna-Nicaragua.pdf.

La Sociedad Mundial Protectora de Animales (WSPA por sus siglas en inglés) defiende que los animales silvestres deben ser libres.

LEY NO PROHÍBE



La fuga de un puma de una casa en Carretera a Masaya puso en zozobra a pobladores de varias comunidades. LA PRENSA/ ARCHIVO

Aunque no se debe y no se recomienda poner collares a animales silvestres, la ley 747 que protege a los animales no prohíbe la tenencia como mascotas los animales silvestres, explica José Luis García, procurador ambiental.

La ley establece que los “animales silvestres domesticados”, entre los que caben las “especies exóticas o en peligro de extinción que pueden permanecer o no en cautiverio”.

García dice que la ley no prohíbe, pero manda a las municipalidades a regular el registro de los animales. A pesar de lo que dice la ley, el procurador asegura que hasta ahora ninguna municipalidad lleva este registro de animales silvestres, y que es un tema que la Procuraduría General de la República (PGR) viene trabajando con Amarte. Se va a intentar que este año alcaldías como la de Granada y Managua creen este registro de animales.

Aunque la ley no prohíbe, el funcionario lee otros dos incisos de la ley que son claves para conservar animales domésticos en las cuatro paredes de una casa: poseer instinto de sociabilidad y transmitir hereditariamente la mansedumbre, algo que no se puede esperar de gran parte de los animales silvestres.

El funcionario explica que en algunas casas de la capital han hallado casos de gente que acumula animales con fines comerciales. Por tanto, García se suma a los expertos que recomiendan no tener mascotas exóticas o en peligro de extinción. Mejor dejar a los pumas, los tigres, los monos, jaguares, lapas en su hábitat. Allá en la selva en la montaña. Pero si quiere pasar la mano por alguna pelambre cuando vuelve del trabajo o sensibilizar a su hijo en la protección animal, lo mejor, coinciden todos, es buscarse un perro o un gato que llevan siglos viviendo entre la gente. El reino animal se lo va a agradecer.

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